La caída del cabello es en general uno de los efectos colaterales más visibles de los tratamientos oncológicos, y el que muchas veces produce angustia en la autopercepción y cambios en el estado de ánimo.
Cuidar el impacto emocional que generan los diferentes procedimientos médicos es clave para abordarlos de una manera integral, asimismo tiene importante incidencia en el mejoramiento de la calidad de vida y bienestar general. Es por esto, es clave que quienes tengan que atravesarlos puedan asesorarse con el médico tratante sobre las diferentes opciones para llevarlo de la mejor manera posible.
Una de las cuestiones de los tratamientos es su impacto en el cabello. Hay varias opciones que se adecuan a los gustos y preferencias individuales; hay quienes deciden usar pañuelos, pelucas y otros que no quieren cubrir su cabeza con ningún accesorio.
Para aquellas personas que deciden suplir la caída con pelucas hay que tener en cuenta algunos conceptos antes de adquirirlas:
En principio lo ideal es buscar un espacio de contención y apoyo afectivo al momento de elegirla o probarla. Parejas, familiares o amigos son un pilar fundamental para atravesar este proceso.
Elegir opciones con materiales nobles, que no produzcan alergias o picazón. Lo ideal que sean con base respirable, sin adhesivos o poliuretanos, ya que de lo contrario generan además transpiración del cuero cabelludo y corren más riesgo de caerse. No debe quedar suelta ni ajustada, tiene que poder adaptarse al tamaño de cada cabeza.
Tener en cuenta el tono de cada piel. Elegir colores dorados y cobrizos en lugar de oscuros pueden complementar y favorecer en caso de pieles muy pálidas.
Asimismo, para su cuidado diario es recomendable seguir ciertas indicaciones:
Lavado
Al momento del lavado es importante elegir una opción con cabellos más cortos (como por los hombros) que harán que se conserven mejor que los largos. Será más fácil su mantenimiento y no se percudirán por el peinado o roce con las prendas.
Opción Natural
Hay que tener presente que aunque se elija una opción natural, siempre contienen un porcentaje de pelo sintético. El lavado se tendrá que adecuar según esos componentes.
El primer paso antes de lavar la peluca es desenredarla y para evitar su deterioro hay que optar por un peine de dientes anchos –que no sea de metal- o simplemente peinarla con los dedos.
Luego de llenar un recipiente con agua fría y añadir una cucharada de shampoo (no aplicar productos directamente en la peluca) se debe colocar la peluca en el agua y removela durante cinco minutos. A continuación, hay que enjuagarla en agua fría y escurrir suavemente, para eliminar el exceso de agua. Como último paso, es importante colocar la peluca en un soporte para que termine de secarse y peinarla suavemente. También puede utilizarse un secador de pelo o plancha para obtener el aspecto deseado.
Opción Sintética
Luego de desenredar la peluca, se debe llenar un recipiente grande con agua fría con dos cucharadas de suavizante de ropa, manteniendo la peluca sumergida por unos 20 minutos. A continuación, es importante retirarla y escurrirla hasta quitar todo el producto y apretar suavemente o utilizar una toalla para que se seque completamente. No se recomienda manipularla en exceso ni utilizar secador o plancha. Para optimizar la vida útil de estos accesorios es recomendable guardarlos en un lugar fresco y seco, usar un soporte cuando no se utilizan, y cubrir con una red para evitar polvo o residuos. Cualquiera sea la opción elegida, buscar alternativas que contribuyan a mantener un buen estado de ánimo y una mejor autopercepción, acompañan y optimizan el tratamiento en pos de una mejor calidad de vida y una recuperación exitosa.