Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
Cuando se habla de cáncer de mama metastásico (CMM), se está haciendo referencia a un tumor maligno originado en la mama que se ha extendido a otras partes del cuerpo. Los tumores originados en la mama tienen tendencia invasiva, y, si no son detectados y tratados a tiempo, podrían extenderse hacia otras partes del organismo.
Al igual que en el cáncer de mama en etapa temprana en donde todavía el tumor se encuentra localizado sin haberse diseminado, en el CMM existen diferentes subtipos, respetando la misma proporción de incidencia que el cáncer de mama en estadios tempranos, ya que en general son las mismas células del tumor primario que se han diseminado metastatizándose en otras partes del cuerpo. Estos subtipos son los siguientes:
- Tumores Hormonodependientes (RH) o Luminales: son los más comunes, los de más lento crecimiento y baja agresividad y corresponden al 65-70% de todos los tumores de mama. En general son los que tienen un mejor pronóstico dado que podrían tratarse con terapias hormonales.
- Tumores HER2 +: Son los que expresan una proteína (HER2), que favorece el desarrollo y proliferación de las células anormales y representan entre al 15-20% de todos los tumores de mama. Estos tumores suelen ser un poco más agresivos y de acuerdo con el criterio médico, podrían tratarse con terapias dirigidas muy eficaces.
- Tumores Triple Negativos: son los más agresivos ya que, al no tener positivos los marcadores HER2 ni RH, sólo se podrían tratar con quimioterapia. Representan aproximadamente un 10% de los casos de cáncer de mama.
Por qué es tan importante el subtipo de tumor
A partir del subtipo molecular del cáncer, el médico podrá estar en condiciones de establecer la estrategia de tratamiento. El objetivo del tratamiento es, en la medida de lo posible, controlar la enfermedad.
En cuanto a los órganos en los que estos tumores suelen hacer metástasis, los huesos y la piel suelen ser las partes del organismo más afectadas, donde más se disemina el tumor. Asimismo, otros órganos que resultan frecuentemente afectados son el hígado, el pulmón, el sistema nervioso central y la cavidad ocular.
Concomitantemente, los médicos podrían suministrar medidas de soporte adicionales al tratamiento, como podría ser la medicación para reforzar el esqueleto, disminuir riesgos de fracturas y controlar el dolor.