Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre a su médico tratante.
Los seres humanos tenemos dos pulmones, que se encuentran en el tórax. Básicamente, los pulmones sirven para respirar. Al inhalar, el oxígeno pasa por los pulmones e ingresa al cuerpo; al exhalar, los pulmones liberan dióxido de carbono, producto de desecho de las células. Cada pulmón tiene secciones llamadas lóbulos, luego están los bronquios, que son dos tubos en los que se divide la tráquea y que continúan hasta el pulmón derecho y el izquierdo, y que conducen el aire a los bronquiolos, otros conductos, que a su vez lo llevan hasta los alveolos, pequeños sacos de aire. Por último, regresa en forma de dióxido de carbono por la misma vía. Es el ciclo de la respiración.
Los pulmones realizan el intercambio entre los gases del aire ambiente y la sangre. Cada día, las vías respiratorias, están expuestas a más de 10.000 litros de aire que contienen polvo, sustancias químicas y microorganismos nocivos. Por eso el pulmón presenta un “sistema de filtros” que nos protege de todas estas sustancias.
En el pulmón pueden aparecer tanto tumores benignos como malignos, aunque la mayoría son de estos últimos y se suelen originar en los bronquios y bronquiolos. El cáncer de pulmón se manifiesta cuando las células normales del órgano comienzan a reproducirse de manera descontrolada.
Entre los tumores malignos hay dos grandes tipos, que se definen por cómo son las células en cuanto a tamaño y por su comportamiento.
- Cáncer de pulmón de células no pequeñas (80% de los casos)
Adenocarcinoma (el más frecuente)
Carcinoma escamoso
Carcinoma a grandes células.
- Cáncer de pulmón de células pequeñas (20% de los casos). Tienden a crecer y diseminarse a otros órganos de manera más rápida.
El cáncer de pulmón es el tercer tumor más frecuente tanto en hombres como en mujeres. Según las estimaciones del Globocan (Observatorio Global de Cáncer), en 2018, en la Argentina, se diagnosticaron 11.595 casos nuevos de cáncer de pulmón. Si bien la incidencia es mayor en hombres, se han visto mejoras en la tasa de mortalidad, debido a acciones preventivas, pero esta incidencia ha aumentado en mujeres. El cáncer de pulmón es el primero en mortalidad por cáncer en nuestro país.
El cigarrillo, principal enemigo
La principal causa del cáncer de pulmón es el consumo de tabaco. Aproximadamente el 85% de los cánceres de pulmón aparecen en fumadores o exfumadores, mientras que la contaminación ambiental sería la causa de entre un 10 a 15% de los que enferman. De los pacientes que padecen cáncer existe alrededor de un 15% que nunca fumaron, pero no se puede saber con certeza si estuvieron expuestos al humo del cigarrillo de manera prolongada (fumador pasivo) u otros factores ambientales.
Afecta principalmente a personas mayores, de más de 60 años, y menos del 15% de los casos suceden en personas menores de 30 años. La edad media de las personas en el momento del diagnóstico es aproximadamente 70 años.
Existen otras causas como la exposición industrial a ciertos compuestos (uranio, asbesto, níquel, cromados, carbón, arsénico) que aumenta más aún si se asocia al tabaquismo.
Por otro lado, las personas cuyos padres tuvieron cáncer de pulmón tienen mayor riesgo.
La mejor manera de prevenir el cáncer de pulmón es no fumar o dejar de hacerlo.
En cuanto a los síntomas, esta enfermedad puede presentarse, en inicio, de manera silente y sin manifestaciones clínicas. Incluso, los síntomas que podría presentar un cáncer de pulmón son tan variados que no se los puede mencionar como concluyentes. Lo mejor es hacer una consulta médica, pero como guía, los síntomas más frecuentes son:
- Tos, que no mejora con el tiempo
- Sensación de falta de aire
- Dolor torácico
- Escupir con sangre (hemoptisis)
El cáncer de pulmón se puede diagnosticar antes de que produzca síntomas (paciente asintomático) o cuando ya los genera (pacientes sintomáticos).
En el caso de los pacientes asintomáticos, el cáncer de pulmón suele hallarse cuando se realizan estudios de rutina (exámenes periódicos de salud), en evaluaciones preoperatorias o en estudios solicitados por otro motivo (infecciones respiratorias).
De hecho, actualmente se realizan tomografías de tórax de baja dosis para detectar precozmente el cáncer de pulmón en pacientes asintomáticos que cumplen determinados requisitos (según la cantidad de cigarrillos o años que hayan fumado).
El tabaquismo excesivo significa un antecedente de consumo de cigarrillos de 30 paquete-años o más. Un paquete-año es fumar como promedio un paquete de cigarrillos al día durante un año. Por ejemplo, una persona puede tener un antecedente de 30 paquete-años al fumar un paquete diario por 30 años o dos paquetes diarios por 15 años.
Si existe la sospecha de cáncer de pulmón (ya sea porque en estudios de imágenes apareció algo anormal o bien por los síntomas padecidos), posiblemente el médico recomendará realizar los siguientes estudios:
- Análisis de laboratorio y radiografía de tórax.
- Espirometría: se analiza la capacidad pulmonar.
- Tomografía computarizada (TC): a través de rayos X permite observar la localización y tamaño del tumor pulmonar y de los ganglios.
- Tomografía por emisión de positrones con fusión de tomografía computada (PET-CT): permite detectar el nivel de actividad celular (por ejemplo, si hay mayor o menor reproducción) de los distintos tejidos del cuerpo. Para eso, utilizan distintas sustancias (por ejemplo, glucosa) y las “marcan” con radioisótopos para su identificación.
- Fibrobroncoscopía: Es un procedimiento en el cual bajo sedación (anestesia), se introduce un instrumento flexible con una cámara a través de la boca y la garganta permitiendo examinar los bronquios y tomar muestras de biopsia.
- Ultrasonido bronquial (EBUS): Es un fibrobroncoscopio especial que utiliza ondas ultrasónicas para detectar tumores y ganglios que están cerca de los bronquios y tomar biopsias.
- Centellograma óseo: Proporciona imágenes de los huesos. Se inyecta un contraste especial en una vena del paciente y éste es detectado por una cámara gama. La captación por los huesos indica a los médicos si hay tumor o inflamación de los huesos (artrosis). Si Usted tiene realizado un PET-CT probablemente no necesite un centellograma óseo.
- Resonancia magnética (RM): es un método de extrema precisión anatómica, que utiliza campos magnéticos en lugar de rayos X. En cáncer de pulmón es particularmente útil para detectar si hay diseminación de células tumorales en el cerebro (estadificación).
- Biopsia: es el estudio que permite determinar el tipo de células que componen el tumor, a través de la extracción de células o tejidos del tumor.
Qué tratamiento seguir
En principio, el médico tratante deberá definir el tratamiento adecuado de acuerdo al tipo de cáncer y su comportamiento (detectado a través de la biopsia) y al estadio del tumor (tamaño y si hay invasión en los ganglios linfáticos u otras partes del cuerpo).
Los estadios se clasifican en forma distinta para los tumores de células no pequeñas y de células pequeñas.
En el caso de células no pequeñas, el cáncer de pulmón se clasifica en estadios según la extensión de la enfermedad. Esta clasificación incluye tumores localizados, localmente avanzados o avanzados. Los estadios se numeran de 1 a 4 siendo 1 el estadio temprano y 4 el estadio avanzado, los cuales se definen al momento del diagnóstico
En el caso de células pequeñas, el estadio se clasifica en:
- Limitado: el tumor está solamente en el pulmón donde se originó o se diseminó a los ganglios linfáticos del mismo pulmón, mediastino y ganglios por encima de la clavícula (supraclaviculares).
- Extendido: el tumor se diseminó a otros órganos fuera del tórax más allá de los ganglios linfáticos por encima de la clavícula.
Una vez definido tipo y tamaño del tumor, el paciente deberá conversar con su médico para determinar las opciones de tratamiento.
Cirugía: se trata una intervención quirúrgica por la cual se reseca o quita el tumor y los ganglios linfáticos cercanos que pueden contener células cancerosas. Cuando el cáncer es detectado de manera precoz, mediante este procedimiento se podría alcanzar una remisión total. Esta operación dependerá:
- Del tipo y estadio del cáncer. No es recomendada cuando hay metástasis ni para los tumores de células pequeñas porque este tipo de tumor se disemina en forma temprana.
- Del tamaño y localización de su tumor. Si no es posible resecar totalmente el tumor, la enfermedad se llama inoperable o irresecable y la cirugía podría no ser una opción de tratamiento. (estadios más avanzados)
- Asimismo, el médico deberá considerar si el paciente tiene otras enfermedades cardíacas o pulmonares (EPOC) además del cáncer de pulmón.
Radioterapia: en este caso, se utilizan rayos Gamma dirigidos para destruir células neoplásicas y disminuir volumen tumoral o consolidar cirugías. Si el cáncer se ha extendido a otras partes del cuerpo, la radioterapia podría ser indicada en pequeñas dosis en las áreas afectadas tales como el cerebro, pulmón o huesos para aliviar síntomas (dolor, falta de aire).
En caso de que haya compromiso de ganglios linfáticos en el mediastino después de la resección, podría ser necesario, una vez completada la quimioterapia, realizar una radioterapia preventiva en el mediastino.
Esta opción también podría ser efectiva en pacientes que no son candidatos a la cirugía, e incluso podría combinarse con la quimioterapia.
Radioterapia Especializada: también llamada Terapia Radiante Estereotáxica. Se usa la radiación desde múltiples ángulos, lo cual permite administrar altas dosis de radiación dirigidas al tumor, respetando los tejidos sanos. Podría ser utilizada para tratar algunos tumores localizados en pacientes que no pueden ser operados por razones de salud o tratar algunos tumores de difícil acceso quirúrgico.
Braquiterapia endobronquial: podría ser indicada cuando los tumores están en la vía área (bronquios o tráquea).
Tratamientos sistémicos (circulan por todo el cuerpo). Este tipo de tratamientos son más utilizados en pacientes con metástasis y mutaciones genéticas, aunque también como terapias adyuvantes y neoadyuvantes.
Quimioterapia: consiste en la administración de drogas para destruir células tumorales de todos los órganos enfermos, inhibiendo el crecimiento de las mismas. Es un tratamiento sistémico, es decir, que llega a todo el organismo. Son administradas vía oral o intravenosa.
La quimioterapia puede indicarse como terapia adyuvante, después de una cirugía, o antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor.
Por lo general, cuando hay afectación ganglionar y los tumores son de un tamaño de al menos 4 centímetros, los mismos reciben quimioterapia, la cual consta de la combinación de un fármaco (cisplatino) con otro medicamento, dependiendo de la recomendación médica.
Con respecto a los eventos adversos es necesario hablar con el médico ya que cada paciente es diferente.
Terapias dirigidas: conocidas como terapias blanco o medicina de precisión, estos tratamientos se aplican a aquellos pacientes que presentan mutaciones genéticas. Algunas células cancerosas poseen mutaciones genéticas que provocan su crecimiento, diseminando así el cáncer. Las mutaciones genéticas suelen ser hereditarias.
Estas terapias llegan específicamente a esas células y detienen dicho crecimiento. Para saber si existen estas mutaciones, el paciente debe realizarse un estudio genético que lo determine.
Hay varias mutaciones: Receptor del Factor de Crecimiento Epidérmico (EGFR), gen ALK, gen ROS1, BRAF v600e , y fusión de gen NTRK , todas las cuales se tratan con distintas terapias dirigidas. A su vez, las terapias dirigidas pueden ser combinadas con quimioterapia.
Inmunoterapia: se trata de la administración de medicamentos que ayudan a la respuesta inmunológica del organismo.
Los pacientes cuyos tumores no expresan biomarcadores EGFR, ALK, ROS1 (negativo), pero si PD-L1 elevado (≥ 50%, ocurre en un tercio de los casos con cáncer de pulmón de célula no pequeña), pueden desarrollar cáncer de pulmón
Controles luego del cáncer
El control del paciente luego del diagnóstico de cáncer de pulmón depende del estadio inicial y del tratamiento recibido.
En términos generales incluye control con el oncólogo de cabecera y tomografías periódicas. El resto de los estudios se solicitan según los síntomas que presente el paciente.