Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
El cáncer de mama es el más frecuente en la mujer en el mundo: una de cada ocho mujeres podría desarrollar cáncer de mama durante algún momento de su vida.
La posibilidad de tratar con éxito esta enfermedad está asociada a varios factores, uno de ellos es el diagnóstico precoz: cuanto más temprano se diagnostique, mayor será la posibilidad de curación.
La detección temprana significa encontrar signos de la enfermedad antes de que aparezcan los síntomas. Hay distintas herramientas de diagnóstico por imágenes disponibles como:
- Mamografía: es el principal método utilizado para la detección de cáncer de mama ya que puede detectar lesiones malignas desde un año y medio hasta cuatro años antes de que una lesión sea clínicamente evidente. Sin embargo, un 15% de cánceres pueden pasar inadvertidos.
- Ecografía mamaria: es complementaria a la mamografía y se utiliza para la evaluación de lesiones sólidas o quísticas que no pueden ser evaluadas mediante la mamografía. Se usa especialmente en mujeres premenopáusicas porque el tejido mamario es más denso.
- Resonancia Nuclear Magnética: no es un estudio de rutina en el diagnóstico temprano y se reserva para mujeres con alto riesgo genético (portadoras de mutación genética).
¿Y el autoexamen?
El autoexamen mamario es una técnica muy difundida para la detección del cáncer de mama, sin embargo, está comprobado que esta técnica no tiene un efecto beneficioso para la salud de las mujeres que lo practican. Por un lado, genera falsas alarmas relacionadas con los cambios hormonales de las mamas durante el ciclo menstrual. Por otro, el autoexamen no es capaz de detectar nódulos tan pequeños como los que encuentra la mamografía.
De todas formas, el autoexamen cumple un rol de concientización en la mujer respecto a la anatomía y la salud de sus mamas. Es importante enfatizar que esta técnica no reemplaza a la mamografía. Cuando un tumor es palpable a través del autoexamen significa que ese tumor ya no está en una etapa primaria, pese a que sea sólo un bulto pequeño. Por ello, los especialistas enfatizan sobre la importancia de los métodos de diagnósticos por imágenes.
Si bien las recomendaciones médicas son genéricas, es importante indicar que no todas las mujeres presentan el mismo riesgo de desarrollar cáncer de mama y es primordial estimar cuál es ese riesgo para que, de esa manera, el médico especialista pueda recomendar la modalidad y la frecuencia del control mamario.
La mamografía se debe hacer dependiendo del grupo de riesgo de la mujer. Las mujeres sin antecedentes familiares de cáncer, deberían realizarse una mamografía anual a partir de los 40 años, mientras que, si efectivamente tienen antecedentes (madre, hermanas o tías que padecieron la enfermedad), el control mamográfico debería empezar diez años antes de la edad de diagnóstico del familiar que tuvo cáncer.
Por otro lado, si existiera algún pariente con cáncer, que además presentara una mutación genética (BRCA1 / BRCA2), entonces los controles deberían comenzar a los 30 años e incluso consultar si podría ser necesario realizar un estudio genético para saber si el paciente ha heredado esa mutación.
Los genes BRCA1 y BRCA2 generan proteínas que ayudan a reparar el ADN dañado de la célula. Cuando cualquiera de estos genes tiene una mutación, o alteración, por lo que no funcionan correctamente, el daño al ADN no puede repararse y la célula tiene más posibilidades de presentar alteraciones genéticas adicionales que pueden resultar en cáncer.
El estado del cáncer de mama
Una vez que se tiene la certeza de que existe un tumor maligno en la mama a través del diagnóstico por imágenes y del examen médico, se puede seguir con otro paso: la biopsia, que sirve para conocer el estado del cáncer de mama con mayor profundidad.
A grandes rasgos hay varios tipos de biopsias:
- Por punción con aguja gruesa (Tru-cut): a través de una aguja se extraen fragmentos de tejido mamario del área sospechosa.
- Excisional quirúrgica: esta técnica se realiza cuando se encuentra un nódulo palpable.
- Radioquirúrgica (BRQ): se utiliza para diagnosticar tumores que se presentan sólo con microcalcificaciones en la mamografía y sin lesión palpable.
Con la biopsia, se determina el estadio de la enfermedad considerando lo siguiente:
Criterios clínicos (TNM)
- El tamaño del tumor (T)
- Compromiso ganglionar axilar (N)
- Diseminación de la enfermedad a otros órganos (M)
Criterios anátomo patológicos:
- Grado histológico del tumor
- Presencia de Receptores Hormonales (Estrogénico y Progestínico)
- Expresión de la proteína HER2 en exceso
- Índice de proliferación (por IHQ) Ki 67
- Pruebas del perfil de expresión génica (Oncotype DX, MammaPrint, Prosigna)
Como conclusión, el médico tratante recopilará toda la información respecto al cáncer del paciente desde una variedad de fuentes que incluye:
- Examen físico.
- Informe de patología.
- Determinación del Subtipo intrínseco de cáncer de mama por determinación de Receptores Hormonales (Her2, Ki 67 Luminal A, Luminal B, Her2 y Basal o Triple Negativo por inmunohistoquímica).
- Imágenes de la mama. La mamografía, la ecografía y la resonancia magnética.
- Pruebas de imágenes adicionales en búsqueda de enfermedad metastásica.
Con esta información, médico y paciente podrán hablar sobre la estrategia de tratamientos más adecuada para el cáncer de mama.