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Ultraprocesados: qué son y cómo reconocerlos 
Ultraprocesados: qué son y cómo reconocerlos 

Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.

Desafortunadamente, de acuerdo a estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los alimentos de baja calidad nutricional están desplazando a las comidas caseras con mayor aporte de nutrientes en las mesas familiares de América Latina. Esto tiene un gran impacto en la salud de las poblaciones y por ello requiere de medidas por parte de las autoridades de cada país1.

La vorágine del ritmo de vida actual, nos ha llevado a un cambio en los modos de consumo de los alimentos. Parece no haber tiempo para cocinar en casa y las preparaciones rápidas ganaron terreno. A partir de la década del 80, el volumen de la producción de alimentos aumentó y las acciones de marketing garantizaron el acceso a las bebidas y alimentos ultraprocesados. La contracara de la incorporación de estos hábitos alimenticios es también un aumento en las tasas de obesidad, lo cual habilitó una nueva línea de batalla en la salud pública2.


Pero ¿qué son los alimentos ultraprocesados? ¿cómo hacemos para reconocerlos? 


Clasificación de los alimentos

Los alimentos que han sufrido transformaciones respecto a su estado inicial pueden clasificarse de diferentes maneras dependiendo de cuanto hayan sido manipulados3:

1.    Alimento sin procesar o mínimamente procesado: casi sin cambios por parte de la industria, su procesamiento prolonga la vida útil del alimento o mejora su sabor. Se incluyen en esta categoría la fruta fresca, seca y congelada; verduras, granos y legumbres, frutos secos y semillas, carnes, pescados y mariscos; huevos y leche, hongos2,3

2.    Ingredientes culinarios procesados: son sustancias extraídas y purificadas por la industria como las grasas, aceites, sales y azúcares. No suelen consumirse solas y su función principal es su utilización para la elaboración de otros platos2,3.

3.    Comidas procesadas: se trata de alimentos del grupo 1 modificados con la intención de acompañar a otros alimentos. Algunos ejemplos son el pan, el queso o las verduras en conserva2.

4.    Alimentos ultraprocesados: suelen incluir en su composición azúcares, grasas, aceites, sal y aditivos que proceden de otros alimentos, como maltodextrinas, proteínas de soja, lactosa, caseína, suero y gluten. La mayoría de estos productos contiene pocos alimentos enteros o ninguno. Vienen listos para consumirse o para recalentar, y requieren poca o ninguna preparación culinaria. Muchos de los ingredientes utilizados en estos tipos de alimentos son aditivos como aglutinantes, cohesionantes, colorantes, edulcorantes, emulsificantes, espesantes, espumantes, estabilizadores, aromatizantes, saborizantes, conservantes y solventes. A menudo, se les da mayor volumen con aire o agua y se les puede agregar micronutrientes sintéticos para “fortificarlos”. Algunos ejemplos de estos alimentos pueden ser: papas fritas de paquete, snacks dulces o salados, helados, chocolates y caramelos, productos panificados y panes industriales, galletitas, cereales endulzados para el desayuno, bebidas gaseosas o energizantes, bebidas azucaradas a base de leche, formitas de papa u otros vegetales, pizzas y empanadas congeladas, entre otros2,3.


Efectos de los alimentos ultraprocesados

La evidencia científica sobre las consecuencias nocivas del consumo de ultraprocesados sigue en aumento. Las investigaciones encuentran una asociación entre la ingesta de este tipo de alimentos y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, dislipidemia, hipertensión, obesidad, síndrome metabólico, enfermedades respiratorias, cáncer, etc.2.

La principal fuente de sodio de una dieta basada en ultraprocesados es la sal, que se encuentra en estos alimentos en cantidades abundantes, lo cual puede derivar en hipertensión arterial y/o eventos cardiovasculares. Otros estudios indican que una alta ingesta de alimentos ultraprocesados podría inducir disbiosis en la microbiota intestinal, lo cual puede llevar al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e incluso cáncer2.


¿Conocés la Ley de Etiquetado Frontal?

En Argentina se ha sancionado recie    ntemente un proyecto de ley que tiene como fin advertir a los consumidores sobre los excesos de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías. Asimismo, a largo plazo, el objetivo es prevenir la malnutrición en la población y reducir las enfermedades crónicas no transmisibles4.

Los alimentos y bebidas sin alcohol envasados con nutrientes críticos y valor energético superiores a los establecidos, deben por ley incluir en la cara principal un sello de advertencia indeleble por cada componente crítico en exceso, según corresponda. Si contiene edulcorantes, el envase debe señalar debajo de los sellos de advertencia la siguiente leyenda: “CONTIENE EDULCORANTES, NO RECOMENDABLE EN NIÑOS/AS”. Y si contiene cafeína, el envase debe indicar: “CONTIENE CAFEÍNA. EVITAR EN NIÑOS/AS”4.

En síntesis, el espíritu de la medida es el de garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada, una manera de desincentivar el consumo de ultraprocesados4.


Cómo reemplazar a los ultraprocesados

Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados en nuestra dieta y optar por cocinar y comer en casa es recomendable para garantizar la incorporación de nutrientes, y así, proteger al cuerpo de enfermedades propias de los malos hábitos derivados de un estilo de alimentación poco saludable3.

Los garbanzos al horno saborizados, frutos secos y semillas de girasol especiados, chips de kale, remolacha o papa al horno, yogur casero sin azúcar agregado, galletitas y panes caseros con harinas integrales y semillas, barritas de cereal caseras son algunas opciones que se pueden contemplar para comer alimentos que no han sufrido un gran proceso industrial3.

Los alimentos ultraprocesados están nutricionalmente desequilibrados; tienen un elevado contenido en azúcares libres, grasa total, grasas saturadas y sodio, y un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas. Asimismo, suelen ser extremadamente sabrosos, a veces hasta casi adictivos, y se los ve erróneamente como saludables, ya que imitan a los alimentos naturales cuando en realidad son cultural, social, económica y ambientalmente nocivos3.

Por todo esto, parece ser una buena idea volver a incorporar alimentos reales, y abandonar poco a poco los ultraprocesados que consumimos. Puede ser también una oportunidad para probar más recetas caseras, cocinar en familia y sumar momentos de calidad con los que más queremos.

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Referencias

1.    Organización Panamericana de la Salud (OPS). “Alimentos ultraprocesados ganan más espacio en la mesa de las familias latinoamericanas”. Disponible en: https://www3.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=15530:ultra-processed-foods-gain-ground-among-latin-american-and-caribbean-families&Itemid=1926&lang=es#gsc.tab=0 Consultado en Agosto 2022.

2.    Scielo (Scientific Electronic Library Online). “Consumo de alimentos ultraprocesados y obesidad: una revisión sistemática”. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0212-16112021000100177&script=sci_arttext&tlng=en Consultado en Agosto 2022.

3.    Buenos Aires.gob.ar. “Alimentos ultraprocesados: ¿por qué evitar su consumo?” Disponible en: https://www.buenosaires.gob.ar/desarrolloeconomico/desarrollo-saludable/noticias/alimentos-ultraprocesados-porque-evitar-su-consumo Consultado en Agosto 2022.

4.    Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (Argentina.gob.ar). “Ley de etiquetado frontal”. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/justicia/derechofacil/leysimple/salud/ley-de-etiquetado-frontal Consultado en Agosto 2022.

PP-UNP-ARG-0525