Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
Actualmente, existen diferentes tipos de tratamiento para el melanoma.3 El médico seleccionará junto a cada paciente la mejor opción teniendo en cuenta diversas características individuales: el tipo de melanoma, el tamaño, la ubicación, el estadío o etapa (si se encuentra sólo en la piel o se ha diseminado a otras partes del cuerpo), la presencia de mutaciones genéticas del melanoma, entre otros factores. Tené en cuenta que no todos los pacientes recibirán el mismo tratamiento.2,3
El panorama de tratamiento del melanoma está cambiando cada día a medida que se aprende más sobre esta enfermedad. En los últimos 10 años, el tratamiento ha mejorado drásticamente.7 Hasta hace una década, la principal opción para tratar estadios avanzados era la quimioterapia, que no había mostrado ninguna evidencia de beneficio a largo plazo en la supervivencia.6
Luego, se descubrieron nuevos fármacos como las Terapias Dirigidas y la Inmunoterapia, que han mostrado ser muy efectivas, cambiando la forma en que tratamos hoy esta enfermedad.4,5
Los principales tipos de tratamiento para el melanoma son:
Cirugía: 2,3
Suele ser el principal tratamiento para el melanoma. Para aquellos que tienen un bajo riesgo de propagación puede ser el único tratamiento necesario.
Terapia Dirigida o Terapia Target: 2,4
Las mutaciones genéticas en el melanoma pueden hacer que las células crezcan y se dividan fuera de control. Se encontraron múltiples mutaciones genéticas, la más importante en los melanomas cutáneos es la mutación BRAF, que aparece en aproximadamente el 50 % de los casos.
Hoy se dispone de Terapias Dirigidas específicas para esas mutaciones: los Inhibidores de BRAF y MEK, también conocidos como inhibidores del crecimiento del cáncer, ya que actúan bloqueando los factores que hacen que las células cancerosas crezcan y se dividan.
Estos medicamentos están diseñados para atacar específicamente a las células cancerosas, por lo que suelen causar menos daño a las células normales que la quimioterapia o la radioterapia.
Conocer el estado de mutación de cada melanoma es fundamental para establecer las opciones de tratamiento adecuadas. Se recomienda que a los pacientes con estadio II de alto riesgo y a todos los pacientes con melanoma en estadio III y estadio IV que se les realice la prueba de detección de mutaciones genéticas.
Inmunoterapia: 2,3
Son medicamentos que tienen como objetivo aumentar la actividad del sistema inmunológico. Al hacerlo, mejora la capacidad del cuerpo para encontrar y destruir células cancerosas. Los más usados son los Anti-CTLA4 y los Anti-PD1, ya sea solos o combinados entre ellos. Estos medicamentos también se conocen como Inhibidores de puntos de control.
Terapia combinada: 2
En algunos casos seleccionados, se puede utilizar la combinación de Inmunoterapia y Terapia Dirigida, aunque pueden producirse más efectos secundarios.
IL-2 (Interleucina 2): 2
Se puede utilizar en combinación con tratamientos para el cáncer primario. Funciona estimulando el sistema inmunológico.
Talimogene laherparepvec (T-VEC): 2
Es una forma debilitada del virus del herpes hecha en un laboratorio y se puede utilizar como un tipo de terapia local que se inyecta directamente en un tumor.
Quimioterapia: 2
Es un grupo de medicamentos que actúa intentando matar las células de rápido crecimiento en todo el cuerpo, incluidas las células cancerosas y las células normales.
En el tratamiento del melanoma puede ser una opción en caso de no tolerar la Inmunoterapia o la Terapia Dirigida.
Radioterapia: 2
Utiliza la radiación de electrones, fotones, rayos X y otras fuentes para matar las células cancerosas y así reducir los tumores. Se puede administrar sola o junto a otros tratamientos.2
Ensayo clínico: 2,3
Las personas con melanoma deberían considerar cuidadosamente todas las opciones de tratamiento disponibles para su tipo de cáncer, incluidos las terapias estándares y los ensayos clínicos.2 Un ensayo clínico de tratamiento es un estudio de investigación destinado a ayudar a mejorar los tratamientos actuales u obtener información sobre nuevos tratamientos para pacientes con cáncer.3
En la toma de decisiones, el paciente y su médico comparten información, discuten las opciones y acuerdan un plan de tratamiento. Las decisiones son muy personales y es importante que cada paciente se sienta cómodo con el tratamiento elegido. Esta elección comienza con tener una conversación abierta y honesta con el médico.2