Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
Uno de los hábitos más saludables y simples para mantenernos hidratados es tomar agua. Es tan sencillo que, a veces, nos olvidamos y hasta nos cuesta hacerlo. Pero es importante incorporar el hábito, ya que beber agua es fundamental para nuestra salud.
El cuerpo depende del agua para sobrevivir. Cada célula, tejido y órgano de éste necesita agua para funcionar correctamente. Por ejemplo, el cuerpo usa agua para mantener la temperatura, eliminar desechos y lubricar las articulaciones. Por ende, se necesita agua para mantener una buena salud en general (1).
Conocé diferentes opciones para mantener tu hidratación
“Debemos beber entre 6 y 8 vasos de agua todos los días”. ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase? Sin embargo, cada cuerpo necesita una cantidad diferente de agua. Por ejemplo, si bien es cierto que la mayoría de las personas sanas pueden mantenerse bien hidratadas bebiendo agua y otros líquidos, para otras, menos de 8 vasos diarios podría ser poco (1).
Ahora bien, hablamos de vasos de agua, pero ¿cuánto líquido significa cada vaso? Para tener una idea más exacta, debemos calcular entre 2 y 3 litros diarios, es decir que 8 vasos de agua aproximadamente. Y al respecto, lo recomendable es distribuir esas cantidades a lo largo del día (2 vasos al levantarnos, 1 antes del almuerzo, 1 antes de ducharse, 2 por la tarde, 1 post actividad física y 1 antes de acostarse) (2).
Por otro lado, ¿sabías que entre el 70% y el 80 % del líquido total de nuestro cuerpo proviene del agua que bebemos y el otro 20% a 30% deriva de lo que comemos? (4) A continuación, te contamos cuáles son los otros alimentos y bebidas que también ayudan a mantenernos hidratados (1):
● Los jugos de frutas y vegetales, la leche y los tés de hierbas.
● Las bebidas con cafeína en cantidades moderadas (por ejemplo, café, té y refrescos).
● Frutas y verduras, como por ejemplo la sandía, el tomate, la lechuga, el apio y el melón.
Hacelo costumbre
Servite un vaso, ponete cómodo y tomá nota. Te daremos los mejores consejos para que ingerir agua todos los días se convierta en un hábito saludable (1):
➢ Además de salir de casa con el teléfono, la billetera, las llaves y el barbijo, a partir de ahora, sumá una botella térmica con agua dentro.
➢ Si no te gusta el sabor del agua, podés agregarle una rodaja de limón.
➢ Tomá agua antes, durante y después de realizar actividad física.
➢ Si tenés problemas para acordarte de beber agua, ingerila según un horario. Por ejemplo, tomá agua cuando te despertás, en el desayuno, el almuerzo y la cena, y cuando te vayas a la cama. O quizás, podrías tomar un vaso pequeño de agua al comienzo de cada hora.
Evitá la deshidratación
Cuando el cuerpo pierde más líquido del que ingiere, se está ante un caso de deshidratación. Pero ¿qué situaciones pueden provocarla? (3):
● Diarrea
● Vómitos
● Sudor excesivo
● Orina excesiva (por ciertos medicamentos y/o enfermedades)
● Fiebre
● No beber suficientes líquidos
Y si te estás preguntando cómo darte cuenta si estás deshidratado, te compartimos algunos síntomas a los cuales debés prestarle atención:(3):
● Sentir mucha sed
● Tener la boca seca
● Orinar y sudar menos de lo habitual
● Orinar de color oscuro
● Piel seca
● Sensación de cansancio
● Mareos
Ante la persistencia de cualquiera de estos síntomas, es fundamental que puedas consultar con un médico.
Por último, y como no somos todos iguales, es importante tener en cuenta que algunas personas tienen un mayor riesgo de deshidratación. Si vos o algún familiar tuyo pertenece a alguno de estos grupos, hay que prestar especial atención:
● Adultos mayores: algunas personas pierden la sensación de sed a medida que envejecen.
● Bebés y niños pequeños: tienen más probabilidades de tener diarrea o vómitos.
● Personas con enfermedades crónicas como la diabetes, la fibrosis quística o con problemas renales, que suelen orinar o sudar con más frecuencia.
● Personas que toman medicamentos que implican orinar o sudar más.
● Personas que hacen ejercicio o trabajan al aire libre cuando hay altas temperaturas.
Mitos y realidades de la hidratación
Por último, derribemos algunas creencias que existen en torno al consumo de agua (5):
Mito: Beber más agua ayuda a perder peso.
Realidad: Beber mucha agua se recomienda comúnmente en los regímenes de pérdida de peso. Sin embargo, pocos estudios sistemáticos abordan esta noción (6). Aún queda mucho por hacer antes de alcanzar conclusiones firmes sobre los beneficios de aumentar nuestra ingesta de agua.
Mito: No existe el exceso de agua.
Realidad: Aunque resulte llamativo, sí existe tal cosa. Es una condición llamada hiponatremia, donde los niveles de sodio en el cuerpo se vuelven peligrosamente bajos. Las personas con afecciones subyacentes, como insuficiencia cardíaca o renal congestiva, así como los atletas de resistencia o extremos, tienen un mayor riesgo de padecer esta afección. Los síntomas incluyen confusión, náuseas, dolores de cabeza y convulsiones (5).
Mito: Las bebidas deportivas ayudan con la hidratación.
Realidad: Las que tienen electrolitos pueden ser beneficiosas para quienes hacen ejercicio intenso. La desventaja es que pueden contener azúcares añadidos y muchas calorías. (1)
En conclusión, no es una metáfora decir que somos, esencialmente, agua. Más de la mitad de nuestro cuerpo está conformado por ella. Tomar agua a diario y en las cantidades indicadas es absolutamente necesario para mantener un cuerpo sano.