Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
Desde que comenzó la pandemia, mucho se habló sobre el impacto del coronavirus (Covid-19) en los niños. Tras el avance de las vacunas y gracias a la labor de los investigadores, hoy hay más información disponible que puede ayudar a los padres y/o cuidadores a comprender mejor el impacto de la enfermedad en los más pequeños.
Lo primero que hay que saber es que, aunque los chicos pueden contagiarse de Covid-19 al igual que los adultos, las probabilidades de enfermarse gravemente son menores (1). De hecho, hasta el 50% de los niños y adolescentes pueden tener el virus sin presentar síntomas (1). Asimismo, los niños que lo contraen tienden a experimentar síntomas leves, como fiebre y tos. También pueden presentar dificultad para respirar y problemas gastrointestinales, como dolor de estómago, náuseas, vómitos y/o diarrea (2).
De todos modos, algunos niños pueden desarrollar un cuadro más grave, debido a ciertas afecciones médicas previas, entre ellas:
• Obesidad
• Diabetes
• Asma
• Enfermedades cardíacas congénitas
• Afecciones genéticas
• Afecciones que afectan al sistema nervioso o al metabolismo (1).
¿Qué hacer si un niño contrae Covid-19?
Ante la sospecha de contagio, lo primero que hay que hacer, aunque los síntomas sean leves, es acudir al médico.
Se debe buscar atención urgente ante las siguientes señales de emergencia: dificultad para respirar, dolor persistente o presión en el pecho, confusión repentina, incapacidad para despertarse o mantenerse despierto, o la presentación de la piel, los labios o las uñas pálidos, con tonalidades grises o azules (1).
¿Qué es el Síndrome inflamatorio multisistémico?
Existe una afección poco frecuente, pero que puede ser grave en niños y adolescentes infectados por el SARS-CoV-2, llamada Síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C). El mismo sucede cuando diferentes partes del cuerpo pueden inflamarse, entre ellas el corazón, los pulmones, los riñones, el cerebro, la piel, los ojos o los órganos gastrointestinales (6 y 7).
Aún se desconoce qué causa el MIS-C, pero sí que muchos niños con esta afección tuvieron el virus que causa el Covid-19 o estuvieron cerca de alguien contagiado (7).
Si el niño tiene fiebre en curso y más de uno de los siguientes síntomas:
dolor estomacal, ojos rojos, diarrea, mareos o sensación de desmayo (signos de presión arterial baja), sarpullido y vómitos, es importante contactar a su médico o llevarlo al hospital (7).
Aunque el MIS-C puede ser grave, e incluso mortal, la mayoría de los chicos diagnosticados mejoraron con atención médica (7).
¿Cómo afecta el Covid-19 a los bebés recién nacidos?
Los bebés recién nacidos pueden contagiarse coronavirus durante el trabajo de parto o después del parto, si tuvieron contacto con algún cuidador enfermo (1).
Sin embargo, según la evidencia actual, la posibilidad de que un recién nacido se infecte de su madre biológica es baja, especialmente si ésta toma medidas de precaución, como usar barbijo y lavarse las manos correctamente (8). Otra buena noticia es que las madres con Covid-19 pueden amamantar a sus bebés, ya que no hay evidencia de que la leche materna propague el virus (8).
En caso de que la madre o el padre estuviesen infectados con el virus, es importante estar atentos a los síntomas mencionados previamente y contactarse con el médico si el bebé presentara alguno de ellos.
¿Por qué se recomienda vacunar a los niños?
En primer lugar, aunque la infección por SARS-CoV-2 tiende a ser más leve en los niños, estos también pueden enfermarse gravemente, sobre todo aquellos menores de un año, y tener complicaciones posteriores. Además, vacunarlos disminuye la transmisión del virus y contribuye a la inmunidad de la población (9).
¿Qué beneficios tiene la vacunación?
• Protege a los miembros de la familia que aún no pueden ser vacunados (por ejemplo, hermanos menores) y a otros que tienen un mayor riesgo de enfermarse gravemente si contraen el virus.
• Ayuda a mantener al sistema sanitario sin riesgo de saturación ya que la inmunización reduce el riesgo de padecer síntomas graves, que requieran de una internación.
• Ayuda a mantener la presencialidad en las escuelas y permite participar de manera más segura en otras actividades.
• Reduce el número de personas susceptibles al contagio y, por lo tanto, la circulación viral de las nuevas variantes del virus (9).
Por último, ante cualquier duda, no olvides consultar con tu pediatra.