Si bien la llegada de un bebé al hogar puede representar un momento de alegría y emoción para toda la familia, también puede venir acompañada de preocupaciones, especialmente en lo que respecta a la salud del recién nacido. Las enfermedades respiratorias son una de las principales preocupaciones para los padres y cuidadores, ya que pueden tener un gran impacto en sus niños1.
En este artículo, abordaremos las enfermedades respiratorias más comunes en los recién nacidos y lactantes, así como las medidas preventivas que los padres y cuidadores pueden tomar para proteger a sus pequeños.
Bronquiolitis: una enfermedad respiratoria común en bebés2
La bronquiolitis es una enfermedad respiratoria, que afecta principalmente a los bebés y los niños pequeños, ocurre más comúnmente en niños menores de 2 años2. Es causada principalmente por el Virus Sincicial Respiratorio (VSR). La bronquiolitis suele manifestarse con síntomas como congestión nasal, tos y fiebre. En casos graves, puede provocar dificultades respiratorias, ya que causa inflamación de las vías respiratorias más pequeñas en los niños y los hace respirar con mayor esfuerzo3.
Los signos que deben alarmar a los padres y cuidadores del bebé son: respiración acelerada o dificultad para respirar, que las fosas nasales del bebé se ensanchen al respirar, escuchar un sonido similar a un silbido al respirar, o una tos intensa. Te recomendamos prestar siempre atención a estos signos en los niños, y no dudés en buscar atención médica si sospechás que puede estar sufriendo de bronquiolitis4.
En cuanto a la estacionalidad, la bronquiolitis suele ser más frecuente durante los meses de otoño e invierno, especialmente entre Mayo y Julio en la Argentina5. Por lo tanto, es importante estar especialmente alerta a los síntomas durante esta temporada. Los bebés prematuros y aquellos con enfermedades cardíacas o pulmonares subyacentes tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves debido a la bronquiolitis6. En el 2024, han ocurrido más de 20.000 casos nuevos de Bronquiolitis en la Argentina, según el boletín epidemiológico del Ministerio de salud de la República Argentina7.
Otras enfermedades respiratorias en bebés y lactantes
Además de la bronquiolitis, existen otras enfermedades respiratorias que pueden afectar a los recién nacidos y lactantes. Cuando llega el invierno aumenta la frecuencia de las infecciones respiratorias. Las enfermedad más frecuente es el resfrío, pero también, en esta época del año, se presentan casos de bronquiolitis, neumonías, gripe, etc. Estas patologías se contagian a través de la tos, el estornudo y la saliva. Para prevenir estas enfermedades en bebés es fundamental la lactancia materna, que brinda anticuerpos y fortalece el sistema inmunológico de los bebés8.
Cuándo consultar al médico
Si tu bebé presenta síntomas de enfermedad respiratoria, es importante consultar a un médico de inmediato. Ver que el estómago o las costillas de tu hijo parecen hundirse, si sus fosas nasales se ensanchan (agrandan), si tu bebé tiene menos de 3 meses y presenta fiebre de más de 38 °C en cualquier momento o si tiene más de 3 meses y presenta fiebre de más de 38 °C por más de 3 días; o si tu bebé moja menos de 4 pañales en 24 horas debe ser evaluado por un profesional de la salud lo antes posible4. No dudes en buscar ayuda médica si tienes preocupaciones sobre la salud de tu bebé.
En conclusión, las enfermedades respiratorias son comunes en los recién nacidos y lactantes, pero hay medidas que los padres y cuidadores pueden tomar para proteger a sus bebés1. Mantener un entorno limpio, lavarte las manos con frecuencia, alejar a tu bebé de multitudes y personas enfermas, evitar cambios bruscos de temperatura y buscar atención médica cuando sea necesario son pasos importantes para mantener a tu bebé sano6. Recordá que siempre podés contar con el apoyo y la orientación de tu pediatra para cuidar de la salud de tu hijo o bebé a cargo.
Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.