¿Sabés cómo es la frecuencia cardíaca de un corazón sano? En condiciones normales en un adulto, este órgano debería tener un ritmo regular entre 60 y 100 latidos por minuto. Lo natural es que el pulso (como llamamos coloquialmente a la frecuencia cardíaca) se acelere, por ejemplo, cuando se practica ejercicio físico y que vaya más lento cuando se descansa. En cambio, cuando aparece una arritmia, la frecuencia puede alterarse. Esto puede ocurrir aumentando la frecuencia a pesar de estar en reposo (taquicardia) o hacerse más pausada (bradicardia)1.
La fibrilación auricular (FA) es un trastorno que afecta a más de 33.5 millones de personas en todo el mundo (detectadas en el 2010)2. Sin embargo, algunos pacientes con FA no presentan síntomas3.
La FA aparece cuando la frecuencia cardíaca deja de ser regular y constante, es decir que el tiempo entre latido y latido es desigual1. Si se tiene FA, las pequeñas señales eléctricas que se envían desde las aurículas (donde se encuentra el marcapasos natural del corazón que genera la frecuencia cardíaca) son caóticas y se disparan desde diferentes puntos de las aurículas en distintos momentos. De esta manera, las aurículas bombean la sangre de forma desigual y el paciente suele manifestar síntomas de palpitaciones3.
Complicaciones de la FA
Debido a que la sangre no está siendo bombeada eficazmente, puede suceder que ésta se acumule en las aurículas y forme una masa densa (un coágulo de sangre). Si esto ocurre y un coágulo se desprende, éste viaja por el torrente sanguíneo pudiendo bloquear el flujo de sangre al cerebro, lo cual puede causar un ictus3.
La formación de coágulos de sangre es una complicación grave de la FA que puede provocar un accidente cerebrovascular, cuyo riesgo aumenta a medida que se envejece3. Además, en algunos casos, la frecuencia cardíaca, puede ser muy rápida, alcanzando los 100 latidos por minuto o más, lo cual puede causar otros síntomas como mareos, dificultad para respirar y cansancio4.
Una manera de reconocer a la FA es cuando las palpitaciones cardíacas se notan y se siente como si el corazón estuviera latiendo con fuerza, e irregularmente, a menudo durante unos segundos o, en algunos casos, unos minutos. También, puede suceder que la FA no cause ningún síntoma y una persona que la tiene no se de cuenta de que su ritmo cardíaco es irregular4.
Causas y factores de riesgo de la FA
Existen algunos factores que pueden facilitar la aparición de FA; las siguientes condiciones tienen la capacidad de incrementar el riesgo de padecer FA:
● La presión arterial alta3.
● Los antecedentes de enfermedades cardíacas3.
Además, las enfermedades pulmonares, la obesidad, la diabetes, la apnea del sueño y la tiroides hiperactiva son consideradas como algunas de las afecciones preexistentes que pueden ocasionarla3,4.
No obstante, no todas las personas con FA tienen una de las condiciones anteriores. A veces, puede afectar a personas que están por lo demás sanas4.
Al mismo tiempo, puede suceder que algunos hábitos activen un episodio de FA poniendo en riesgo la salud. Por eso, para prevenir que ocurran dichos episodios es aconsejable llevar una dieta equilibrada, limitar el consumo de alcohol, no fumar y ejercitarse regularmente5.
Ante cualquier duda o sospecha de FA es recomendable gestionar una consulta con un profesional de la salud lo antes posible.
Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
