Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
¿Por qué hemos escuchado hablar sobre tantas variantes del Covid-19 a lo largo de la pandemia? La respuesta es simple: porque todos los virus cambian con el paso del tiempo, y el SARS-CoV-2, el virus causante del Covid-19, no es la excepción. La mayoría de estas mutaciones tienen escaso o nulo efecto sobre las propiedades del virus. Sin embargo, algunos de estos cambios pueden influir sobre ciertas características como, por ejemplo, la facilidad de propagación, la gravedad de la enfermedad, la eficacia de las vacunas, los medicamentos necesarios para el tratamiento, los diagnósticos u otras medidas de salud pública y social (1).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus redes internacionales de expertos, llevan a cabo un seguimiento de los cambios que experimenta el SARS-CoV-2 para así informar a los países y a la población acerca de las medidas que se deban adoptar a fin de reaccionar ante la variante y así prevenir su propagación (1).
La aparición de variantes que suponían un mayor riesgo para la salud pública mundial, a finales de 2020, hizo que se empezaran a utilizar las categorías específicas de “variante de interés” (VOI) y “variante preocupante” (VOC), con el fin de priorizar el seguimiento y la investigación a escala mundial y, en última instancia, orientar la respuesta a la pandemia de Covid-19 (1).
Tipos de variantes: VOI, VOC y VUM
Se considera que una variante es de interés (VOI por sus siglas en inglés) si hay evidencia científica inicial de mutaciones que se sospeche que puedan causar cambios significativos y que esté circulando ampliamente (por ejemplo, se sabe que ha infectado a muchos grupos de personas o se ha detectado en varios países). (2)
Asimismo, una variante de interés se convierte en una variante de preocupación (VOC por sus siglas en inglés) si hay constancia de que se propaga más fácilmente, causa una enfermedad más grave, escapa a la respuesta inmunitaria del organismo, cambia los síntomas del virus o disminuye la eficacia de las herramientas conocidas; como las medidas de salud pública, los diagnósticos, los tratamientos y las vacunas (2). Según la OMS, las variantes preocupantes que se presentaron por el momento son la Ómicron y la Delta (1).
Con respecto a la variante bajo Monitoreo, es aquella variante del SARS-CoV-2 que presenta modificaciones en el genoma que, según se sospeche, puedan afectar a las características del virus y parezcan indicar un potencial riesgo en el futuro, a pesar de que no se disponga de pruebas claras (1).
En relación a todos los tipos de variantes, es posible que las definiciones funcionales de las variantes del SARS-CoV-2 que se presentan aquí se modifiquen periódicamente para adaptarse a la evolución continua de este virus y los nuevos conocimientos al respecto (1).
Las variantes y las vacunas
Ahora que sabemos que es esperable que los virus estén en constante cambio y surjan nuevos tipos, el gran interrogante es: ¿las vacunas disponibles protegen de las nuevas variantes?
Las vacunas reducen el riesgo de enfermarse gravemente, ser hospitalizado y/o morir a causa del Covid-19. Las personas que están al día con las vacunas, incluidas las dosis de refuerzo cuando son elegibles, suelen tener mayor protección contra las variantes del Covid-19, incluida la variante Ómicron. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) recomiendan que todas las personas elegibles se vacunen y reciban dosis de refuerzo (3).
El futuro de las variantes
Si bien la comunidad científica espera que aparezcan más variantes del virus, al protegerse y proteger a los demás, se disminuye la propagación del mismo, lo que permitiría desacelerar la aparición de nuevas variantes (3). Por su parte, la OMS sigue coordinando a un gran número de investigadores de todo el mundo para conocer mejor todas las variantes del SARS-CoV-2 (2).
Algunas variantes parecen transmitirse con mayor facilidad y rapidez que otras, lo que podría generar más casos de Covid-19. Incluso si una de ellas causa una enfermedad menos grave en términos generales, un aumento en la cantidad total de casos podría incrementar las hospitalizaciones, generar una mayor demanda de los recursos de los servicios de salud y potencialmente provocar más muertes (3).
Como todos los virus, el SARS-COV-2, seguirá evolucionando mientras siga transmitiéndose de una persona a otra. Y, cuanto más se transmita el virus, más posibilidades hay de que cambie y se generen nuevas variantes. Por lo tanto, la mejor manera de evitar que éstas surjan es deteniendo su propagación y contribuyendo entre todos a disminuir los contagios de Covid-19 (2).